Así lo aseguró luego de su separación con el basquetbolista Bruno Lábaque. “No me interesa que nadie me pregunte adónde voy ni qué estoy haciendo ni nada por el estilo. No quiero dar explicaciones ni gastar energía en eso. Sí estoy totalmente abierta a pasarla bien”, dijo la exuberante morocha.
CAPITAL FEDERAL, Agosto 05 (ANDigital) Sin lugar a dudas una de las mujeres que más ratones despiertan en los argentinos es Pamela David. Dueña de un cuerpo increíble y una personalidad avasalladora, la morocha que acompaña todas las noches a Alejandro Fantino en Animales sueltos, el programa que va por América, le concedió una entrevista al sitio Ciudad.com y dejó algunas frases interesantes.
A cinco meses del divorcio con su ex marido, el basquetbolista Bruno Lábaque, Pamela asegura que ya no llora cuando le preguntan por la separación del padre de su único hijo, Felipe, de tres años y medio, y sobre su separación asegura que “no teníamos bienes en común, así que la parte legal de la separación fue simple. El se fue a vivir a Córdoba porque firmó para el club Atenas por dos años, y yo me mudé para tratar de estar en un lugar nuevo”.
Consultada sobre si el tiempo que pasó desde la separación le abrió las puertas a un posible nuevo amor, la morocha no dudó: “Nooo, ni siquiera es algo que me lo haya planteado. Mi ideal hoy es no tener nada serio con nadie. No me interesa que nadie me pregunte adónde voy ni qué estoy haciendo ni nada por el estilo. No quiero dar explicaciones ni gastar energía en eso. Sí estoy totalmente abierta a pasarla bien”.
En relación a cómo toman los hombres esa nueva posición en su vida, dice que “no me fijo en eso, no me importa, mientras no se mal-enganchen, todo bien”, aunque aclara que “tampoco es que estoy de revoleo y soy un tiro al aire, porque no puedo, en mi condición pública no da”.
Por último, dedicó un párrafo al chocolatero multimediático Ricardo Fort, con quien se enfrentó en varias ocasiones: “Si vuelve al piso de Animales, ese día me encantaría salir a hacer una nota o un móvil, preferiría no cruzármelo porque es agresivo y me pone mal. Me desenergiza”, subraya.
“Al principio Fort me entretenía, después me dio rechazo, y cuando sentí que me faltó el respeto me empezó a molestar. Pero es un personaje tan gracioso desde el ridículo, que en un punto me divierte. Es muy ridículo”, sintetizó Pamela, una mujer con todas las letras.
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