La animadora de desayuno hasta hace unos días tuvo que hacer malabares para compartir con los chicos como siempre. Dice que ponerse al frente del ciclo fue posible gracias a la ayuda de su marido, Daniel Vila.
Su rutina no
tiene respiro. Pamela David (36) no para un minuto. La conductora
de Desayuno Americano y El debate de Gran Hermano, por América 2, cuenta cómo fue su agitado día a día
durante los meses del reality y cómo palpita la versión 2016.
"Arranco todos los días muy temprano. Mi rutina cambió. Pongo
el despertador y lo apago. Pongo cinco minutos más, cinco minutos más y pego el
salto de la cama a las 7 y hago todo más rápido", cuenta.
"Antes de arrancar con El Debate, 6.30 era el horario en que
ponía al despertador. Hoy hago
todo muy rápido. Tal vez, me
pierdo el desayuno con charla con Feli pero trato de dormir un poco más.
Hablamos dos minutos, lo llevo al colegio, vengo directamente al canal. Y ahí
arranco a producirme, a maquillarme, peinarme, repasamos con la producción
todos los temas que fui viendo
por mail. Cuando termina el
programa, a la media hora y ya empiezan a llegar los mail con los mails para el
otro día. A las 12.30 estoy en casa", dice.
"Almuerzo
y religiosamente trato de dormir una siestita de cuarenta minutos, una hora.
Esto es mientras estuve en el programa a la noche, antes no importaba tanto
porque me acostaba a dormir temprano. Me
agarro a Lola que ella se pone a mirar dibujitos mientras yo duermo", comenta. Luego detalla: "Me
levanto, trato de estar un poco, viene Feli, lo veo un ratito y cuando estaba
en el reality -hasta hace unos días- parto para Endemol a ver los tapes".
Indica que "me
gusta y es necesario hacerlo para visualizar. Todo lo que se va a ver en El
Debate, lo veo". Añade: "Me quedo trabajando en el vivo. A las 10 de
la noche llego a mi casa a darle un beso a mis hijos antes de que se duerman.
Todos los días era así, menos el miércoles".
"El miércoles es el día de madre. A Feli le gusta invitar
amigos o ir a sus casas pero saben que es el día en que vamos al cine, vemos
películas en casa o hacemos actividades para disfrutarnos en cuerpo. La verdad
es que me pasan factura. Se portan re mal los miércoles, están muy enojados con
Gran Hermano".
"El desayuno no lo sienten pero a la noche era el momento de
la familia. Donde comíamos y veíamos a Canosa, al Pelado (López), el prime time
de América siempre. Y hoy, de pronto, mamá no está en la casa. Sí, en mi casa
me reclaman. Daniel (Vila, del dueño del canal América) me apoya un montón. Sin
él no hubiera sido posible por donde lo mires", afirma la conductora.
"Cuando llegué, Felipe ya hizo los deberes con Daniel, los
chicos comieron acompañados por él..", describió la mamá de Felipe y Lola,
y pareja de Daniel Vila",
dice concluyendo la detallada descripción de su rutina diaria, que ahora cambia
un poco debido al final de Gran Hermano, que condujo con Jorge Rial y que el
miércoles finalizó con un rating importante para América.
l ¿Te libera mucho la tarea cotidiana que hace de Daniel con los chicos,
no?
-Es que si no, no podría hacerlo. La comida es el momento en que
charlamos y cada uno puede contar su problema del día. Los chicos también
tienen sus problemas... Daniel les está encima y los escucha. Y los fines de
semana, nos disfrutamos un montón, estamos muy juntos.
l ¿Los fines de semana suelen irse de la Ciudad de Buenos Aires?
-Es repartido. Antes del debate viajábamos todos los viernes a Mendoza.
Hoy también viajamos pero menos. No es lo mismo viajar después de las doce del
mediodía que hacerlo después de las 10 de la noche. Es un esfuerzo que lo
hacemos igual porque está Luisita en Mendoza y es donde terminamos de completar
nuestra familia.
l Creía que Luisita, la hija de Daniel, vivía en Buenos Aires...
-Luisita, si Dios quiere, se está viniendo el año que viene acá a
estudiar. Ella quiere ser actriz y que mejor que vivir en Buenos Aires.
Contamos con el apoyo de la mamá, que es fundamental. Ya tenemos cole, estamos
con la decisión.
l ¿Sos la segunda mamá de Luisita?
-Nooo. La amo, se lo digo a la mamá y la mamá sabe que jamás voy a
ocupar el lugar de ella. Es una familia ensamblada. No es fácil ensamblar a una
familia pero eso es hacerlo. Sentir amor por los hijos de tu pareja. es
maravilloso porque entre Feli y ella nos hicieron las cosas más fáciles.
l ¿Y ellos como viven la situación?
-Ellos se aceptaron desde el primer día, que es muy importante. Los
hijos te aceptan o no, son muy importantes. No son decisivos, supongo, porque
creo que el amor siempre va a ser más fuerte, el amor a los hijos también, y es
un tema. Son decisivos, una pieza importantísima.
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