Es que, aunque aún viva cada uno en su casa (separados por una cuadra de distancia), y que, pese al insistente pedido de él, ella reniegue de pasar nuevamente por el registro civil, Pamela David (33) y Daniel Vila (58) han sabido acomodar sus vidas de la mejor manera posible. "Tenemos ensamblada una familia divina", afirma con orgullo el empresario y dirigente deportivo, y ella lo secunda.
"Es increíble cómo en tan poco tiempo nos acomodamos y hoy somos una gran familia, que no es poco", explica la modelo y conductora. "Creo que la clave es que entre los dos hay un gran amor, y sobre la base de ese amor hemos ido haciendo las cosas con mucha cautela, cuidando de no lastimar a nadie e integrando a nuestros hijos a la relación", agrega el presidente del club Independiente Rivadavia de Mendoza, consultado sobre cuál es la razón que encuentra para que todo se haya dado de esta manera. Distendidos, rememoran los comienzos de la relación. "Yo estaba enamorado de Pame, pero ella no registraba que yo tenía algún interés", recuerda él entre risas, en tanto ella explica: "El problema comenzó cuando nos empezamos a extrañar. Yo no quería nada serio, y la mayor dificultad que tenía para mirarlo como hombre era que él es uno de los dueños del canal donde pretendía trabajar.
Me frenaba el qué dirán pero como sabía que igual iban a hablar dije, bueno, que hablen con razón. Era una persona que me hacía bien, entonces me dije, por qué perderme la oportunidad de tenerlo a mi Lado", explica la modelo de Leandro Rud, reafirmando la decisión de haber apostado por el amor de ese hombre con el que cruzaba miradas por los pasillos de América y que, más allá de ser el dueño de distintos medios, ahora tiene algo que para él vale mucho más que todo eso: Su corazón.
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