Pamela David ya no está haciendo desfiles ni viajando al interior como lo hacía antes. Pero, ahora hizo una excepción cuando, desde Aptra, la convocaron para conducir la entrega de los Martín Fierro Federal, que se realizó en el Casinos del Sol de Las Termas.
“No estoy haciendo desfiles ni conduciendo en el interior, pero cuando me dijeron que era Las Termas, era Santiago del Estero, tenía que venir porque era mi oportunidad. Más allá de que me hayan elegido junto a Horacio Cabak, que es un profesional, tenía que hacerlo porque era Santiago del Estero”, enfatizó en entrevista exclusiva con EL LIBERAL.
¿Cómo vives estos momentos de tu carrera artística?
En la carrera de conductora, empezando, pero con más fuerza cuando empecé con Desayuno Americano en la primera temporada. No sé si tendrá que ver con el año que paré la pelota para quedarme en casa más tiempo con los chicos, comenzar a estudiar Periodismo y realizar cursos de oratoria y expresión corporal con una actriz que maneja todo lo que es la asesoría de imagen. Siento que me puse a trabajar en mí y no para marcas como modelo. Esta vez me puse a laburar para mí para crecer y me siento mejor plantada.
¿Con la segunda temporada de Desayuno apuntas más a lo periodístico?
Hay de todo. Es un programa diferente. Son dos horas y media que las aprovechamos desde hablar de temas de actualidad; también lo tuvimos a Leo Fariña en el living, pero no es la idea. La idea es traer actores para que hablen de sus obras, porque creo que no había un espacio en televisión para hablar de sus obras y vender lo que están haciendo. Desayuno lo tiene y me gusta. Hay que acostumbrar el ojo al público porque el público está acostumbrado a ver peleas y discusiones.
¿Más incisivas con las preguntas o más con los pies sobre la tierra?
Ni una cosa ni la otra. Sí me preocupa por saber y estar informada cuando vienen los entrevistados. Leo mucho y si puedo ver las obras antes que vengan sus protagonistas lo hago. Estoy mucho más comprometida que en la primera temporada, y eso que ahora tengo dos hijos. Antes, no paraba de trabajar. Hacía mucho y poco a la vez. Ahora, hago sólo Desayuno Americano, pero de lleno.
¿Te sientes más tranquila en el trabajo?
Este año me siento más aplomada, mejor plantada. No sé si tendrá que ver que tengo a Daniel (Vila, su esposo) que me apoya en el más amplio sentido de la palabra, como hombre, como pareja más allá de ser el dueño del canal (América). Yo tengo el apoyo absoluto de parte de él.
¿Cómo compatibilizas tu tiempo como madre y el profesional?
Perfecto. Ya me había pasado, cuando no estaba al aire, estaba Ernestina Pais, yo me acomodé. A las 7.40 dejo a Felipe (su hijo mayor) en el colegio. Lola ya se despertó, toma la teta y se vuelve a dormir a media mañana. Tengo la mañana acomodada en mi casa.
¿Te preocupa el rating?
El que dice no, miente. Sí preocupa el rating, en general. Nosotros venimos bien, acompañados.
“No estoy haciendo desfiles ni conduciendo en el interior, pero cuando me dijeron que era Las Termas, era Santiago del Estero, tenía que venir porque era mi oportunidad. Más allá de que me hayan elegido junto a Horacio Cabak, que es un profesional, tenía que hacerlo porque era Santiago del Estero”, enfatizó en entrevista exclusiva con EL LIBERAL.
¿Cómo vives estos momentos de tu carrera artística?
En la carrera de conductora, empezando, pero con más fuerza cuando empecé con Desayuno Americano en la primera temporada. No sé si tendrá que ver con el año que paré la pelota para quedarme en casa más tiempo con los chicos, comenzar a estudiar Periodismo y realizar cursos de oratoria y expresión corporal con una actriz que maneja todo lo que es la asesoría de imagen. Siento que me puse a trabajar en mí y no para marcas como modelo. Esta vez me puse a laburar para mí para crecer y me siento mejor plantada.
¿Con la segunda temporada de Desayuno apuntas más a lo periodístico?
Hay de todo. Es un programa diferente. Son dos horas y media que las aprovechamos desde hablar de temas de actualidad; también lo tuvimos a Leo Fariña en el living, pero no es la idea. La idea es traer actores para que hablen de sus obras, porque creo que no había un espacio en televisión para hablar de sus obras y vender lo que están haciendo. Desayuno lo tiene y me gusta. Hay que acostumbrar el ojo al público porque el público está acostumbrado a ver peleas y discusiones.
¿Más incisivas con las preguntas o más con los pies sobre la tierra?
Ni una cosa ni la otra. Sí me preocupa por saber y estar informada cuando vienen los entrevistados. Leo mucho y si puedo ver las obras antes que vengan sus protagonistas lo hago. Estoy mucho más comprometida que en la primera temporada, y eso que ahora tengo dos hijos. Antes, no paraba de trabajar. Hacía mucho y poco a la vez. Ahora, hago sólo Desayuno Americano, pero de lleno.
¿Te sientes más tranquila en el trabajo?
Este año me siento más aplomada, mejor plantada. No sé si tendrá que ver que tengo a Daniel (Vila, su esposo) que me apoya en el más amplio sentido de la palabra, como hombre, como pareja más allá de ser el dueño del canal (América). Yo tengo el apoyo absoluto de parte de él.
¿Cómo compatibilizas tu tiempo como madre y el profesional?
Perfecto. Ya me había pasado, cuando no estaba al aire, estaba Ernestina Pais, yo me acomodé. A las 7.40 dejo a Felipe (su hijo mayor) en el colegio. Lola ya se despertó, toma la teta y se vuelve a dormir a media mañana. Tengo la mañana acomodada en mi casa.
¿Te preocupa el rating?
El que dice no, miente. Sí preocupa el rating, en general. Nosotros venimos bien, acompañados.
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