Sunday 18 October 2015

Entrevista - Paparazzi


Cuando a su intenso año le quedan sólo tres meses, Pamela David (36) está dedicada a la conducción deDesayuno americano (mañanas de América) y a la vida familiar que comparte con sus dos hijos, Felipe yLola, su pareja, Daniel Vila, y los hijos de su marido. Reflexiva y genuina, comparte: “Mi relación con Felipe creció de manera enorme gracias a Daniel. Lola es su sexta hija y tiene más experiencia en cuanto a crianza de chicos. Daniel me ayudó un montón con Feli. Con la culpa que me generó la separación (de Bruno Lábaque, su ex esposo) le di todo y lo malcrié. De ahí a que aprenda a valorar todo lo que tiene, que las cosas cuestan, que todo no se puede, fue todo un trabajo… Hoy Feli es un caballero que te morís, que se te cae la baba. Es un hombrecito educado, respetuoso, que valora, es buen amigo, buen hijo, buen hijastro, me emociona. Pero bueno, hemos hecho un trabajo fenomenal. Los hijos no son educados de suerte. Es consecuencia de un laburo en el que nos pusimos codo a codo y espalda con espalda con Daniel. Nunca discutimos sobre la educación de los chicos en presencia de ellos, aun sin estar de acuerdo. Me mordí la lengua muchas veces, me estrujaba el corazón. De ser una madre malcriadora pasé  a entender que los límites liberan, y que son muy sanos. A mí me costaba. Primero tuve que educarme. Tuve que recorrer un camino muy grande con terapia, y con Daniel, que me puso el hombro todo el tiempo. Y desde que empecé a ver el cambio estoy feliz y muy agradecida, por eso lo destaco. Hoy Bruno le agradece a Daniel porque es, sin que se malentienda, la imagen paterna con la que se cría, y lo valora mucho. Daniel nunca va a ser el papá de Felipe, pero es la imagen que mencioné. Con Lola aprovecho a dormir abrazada entre cuarenta minutos y una hora de siesta, mientras ella mira dibujitos”, contó.
–¿Cómo estás hoy?
–Más segura… La inseguridad era una de mis características. Veo que tengo más herramientas. En mi trabajo siento que estoy más firme, mejor plantada. Disfruto, que es un tema que me costaba muchísimo. Hoy te puedo decir que disfruto de Desayuno americano, recién en mi segundo año. También lo hice con la conducción de El debate de Gran Hermano. Siempre estaba buscando algo para mejorar, tratando de perfeccionar todo el tiempo sin disfrutar de lo que hacía. Era una tortura. Siempre me criticaba.
–¿Y ahora bajaste el nivel de autoexigencia?
–Supongo que sí. Si hay algo lindo, lo valoro y lo reconozco. Antes, tal vez, me quedaba incómodo esto de ver los logros. Me costaba aceptar que algo estaba yendo bien. No sé si es porque toda mi vida me acostumbré a pelearla y a uno le quedaba cómodo remarla, más que decir que algo está funcionando.
–En su momento, Daniel fue por la AFA y le hicieron la vida imposible. Hoy Marcelo Tinelli está en una posición semejante. ¿Le recomendarías a Tinelli que se metiera o que se quedara tranquilo haciendo su programa?
–Son otras épocas, igual… Tinelli se animó ahora, cuando Julio Grondona se murió. Es diferente. ¡¡Había que animarse cuando el Padrino estaba vivo!! Hoy se anima Tinelli pero la mafia sigue estando. Si le tengo que recomendar algo, me encantaría que Tinelli fuera presidente de la AFA porque es una persona inteligente que puede mejorarla, cambiarla, hacer algo. No me gustaría que siguiera estando la lacra que está hoy. Pero si fuera familiar, si fuera una persona íntima, si fuese Guillermina Valdés, le diría que tuviera mucho cuidado por los hijos, por la familia, porque el fútbol es mafia.
–Fueron tapa de Paparazzi los miedos o posibles represalias que podía haber contra la familia de Tinelli…
–No tengo ninguna duda de eso. Me acuerdo de que en la cancha de Quilmes, a Agustín, el hijo de Daniel, le pegaron. Después, la vergüenza que hacían los árbitros de cobrar cualquier cosa. No sólo los árbitros, sino también las cosas que decían los medios, los que transmitían los partidos con imágenes a la vista y los periodistas haciéndose los tontos y hablando de otra cosa. Realmente era un papelón, un bochorno. Pero claro… estaba Julio Grondona, que no te podías meter con él porque era un tipo pesado. Andá a hacer otra cosa que no fuera la que te mandaba. El único que se le plantó fue Fantino, y la productora, enAmérica, pero después nadie lo hizo. Hoy es diferente. Siguen pasando cosas raras porque hay mucha pauta en juego, porque para los presidentes de los clubes están las mismas hinchadas, las mismas barras. Si te ponés en contra de la AFA, empezás a perder y la barra se te pone en contra a vos. Daniel le tiene mucho cariño a Independiente Rivadavia de Mendoza y sé que, aunque no lo hace público, ayuda de alguna manera económica, con los contactos. Nunca dejó de ayudar al club pero no está involucrado con las decisiones.
–¿Y vos preferís que siga fuera del fútbol, o que vuelva?
–Ojalá nunca quiera volver al fútbol. Ojo: tiene todas las condiciones para hacerlo. Es una persona súper inteligente, que no tiene necesidad de robar como hacen todos en el fútbol, lo único que lo moviliza es el desafío personal de decir “yo puedo hacerlo mejor, yo puedo cambiar esto”.
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