Monday, 29 May 2017

Diario Popular - 17/05/17

"Lo que quiero es llegar a otro público y cargarme al hombro un programa diferente que también tiene actualidad y tiene política. Ese tenor también es importante a la tarde", dice Pamela, que asume otro desafío profesional.
Lejos de recostarse en la comodidad de lo preestablecido y quedarse sólo en el disfrute de las mieles conquistadas, Pamela David, apuesta al crecimiento que deviene del cambio y el riesgo de ir hacia lo nuevo.
La decisión de dejar las mañanas de Desayuno Americano, para instalarse a la hora de la siesta con Pamela a la tarde, definitivamente, fue producto de esa intención de ensanchar el horizonte y conquistar una franja de público diferente.
“Como todas las personas en la vida evolucionamos. Este cambio que hice de la mañana a la tarde creo que era necesario también, es parte del crecimiento”, desliza exhibiendo el espíritu del ciclo que desembarcó, de lunes a viernes a las 15.30, en el aire de América TV.
“Si uno quiere obtener otros resultados tiene que hacer otras cosas, algo diferente”, acentúa David evidenciando sus ganas de apostar al cambio. “A la mañana me sentía cómoda, pero estar cómoda no es bueno. Para mí hay que salir y probar, arriesgarse y tratar de seguir creciendo. Creo que es un gran desafío, pero a la vez un gran crecimiento”, destaca.
El resultado al que aspira la chica que salió del reality El Bar y que se destacó, del otro lado, tomando las riendas de El Debate del formato más emblemático de la televisión argentina como Gran Hermano, es el de ampliar el segmento que la registra. Y para ello vale el riesgo de salirse de la zona de confort.
“Lo que quiero es llegar a otro público y cargarme al hombro un programa diferente que también va a ser de actualidad y habrá política. Ese tenor también será importante a la tarde. Me parece que será un gran gran desafío, y soy redundante, pero estoy comprometida a pasarlo”, explica quién se centrará en un horario más competitivo con el fin de consolidarse aún más en la conducción.
“Éste era el séptimo año de Desayuno, que ya estaba instalado y es un clásico. Empezamos la mañana cuando estaba apagado ese horario en América. Me encantó hacerlo y lo disfruté y aprendí muchísimo. Pero bueno, los desafíos son importantes. Vale la pena arriesgarse”.
Tal como lo hiciera cuando se animó a conducir la tarde-noche de Gran Hermano y sus acaloradas discusiones, hoy, con el nuevo ciclo de la tarde que acaba de ver la luz el lunes pasado, Pamela, intenta sumar adeptos.
“Gran Hermano lo que me mostró para mí fue un público diferente. Al ser masivo, al ser en otro horario justamente, fue otro público el que lo vio. Me vio gente que tal vez no veía la mañana y dijo: “¡Mirá Pamela! Conduce bien”.
Eso me ayudó un montón. GH me ayudó muchísimo. Fue muy importante en mi carrera Gran Hermano. Siento que a mí me dio visibilidad”, reconoce la mujer de Daniel Vila, propietario de los multimedios América, que, sin embargo, procura ganarse un lugar por su propia capacidad.
Mi cabeza, mi corazón y todo está puesto a las 15.30 de la tarde. Seguramente acompañaremos a GH, cuando haya una próxima edición, porque el canal es muy unido. Pero ya no voy a conducir sus debates”, aclara.
Durante más de 6 años Pamela se supo posicionar como timonera de un magazine que requería tanto de idoneidad como de compromiso e información. Más allá del prejuicio inicial por “ser esposa de”” y de tantas veces padecer una mirada condenatoria, ella demostró estar a la altura de las circunstancias y capacitarse para responder al reto.
“Para mí Desayuno fue el programa que más presión sentí que tenía”, comenta del envío que el último mes quedó a cargo de Adrián Pallares y Débora Plager.
“Para hacerlo tuve que estar informada, opinar con responsabilidad, escuchar a todos. A veces tuve 10 personas para escuchar y cada suspiro es importante. No quiero ni debo dejar de escuchar, cada opinión es importante”, explica quién, con sus preguntas agudas y punzantes, hasta terminó desenmascarando a más de un político en plena campaña electoral.

Tuve que romper con la barrera del miedo a preguntar lo que uno quiere preguntar. Era la única manera de crecer; ser por ahí la voz de la señora o del señor que nos está mirando. De eso se trata. La televisión es un entretenimiento, pero es un servicio. Sobre todo, si haces actualidad y haces periodismo, la gente tiene que sentir que uno le pregunta lo que ellos quieren saber. No ser complaciente. No tiene gracia ser complaciente. Siento que crecí”, resume Pamela, cuando días atrás se relanzó la señal A24. “Está genial. Por lo que veo la rompe. A24, América 24, viene creciendo en los últimos años. Es una señal que creció muchísimo y también esta restructuración o esta nueva presentación la termina de potenciar”, acentúa David, acompañando la propuesta periodística pergeñada por su marido, el Dr Vila.

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