Monday 30 August 2010

“Nunca me ofrecieron plata a cambio de sexo, porque saben que ése no es mi estilo” - Gente - Febrero 2009

A los 30 años, una de las morochas más deseadas de la Argentina brilla como la vedette principal del espectáculo de Nito Artaza en Mar del Plata. Mamá de Felipe y esposa de Bruno Lábaque, jugador de básquet de Atenas, la cordobesa habla de cómo es sobrellevar una carrera que la expone hasta el límite, sin dejar de ser mamá y esposa.








Cuando le propusieron ser la vedette principal de Danza con Cobos, dudó en aceptar. “Hacía poco que había sido mamá, y sabía que para ponerme las plumas tenía que estar espléndida”, admite con sinceridad. Y su otro interrogante era cómo mantener la unidad familiar. Su marido, Bruno Lábaque (31, papá de Felipe, su hijo de un año y medio), había renovado su contrato como basquetbolista estrella de Atenas de Córdoba, y si Pamela (30) aceptaba hacer teatro en Mar del Plata debía vivir separada de él durante más de tres meses. Finalmente la actriz venció a la mujer y David estampó su firma hasta el 8 de marzo. Hoy, viendo los resultados, siente que no se equivocó. La temporada pasó, la obra que lidera Nito Artaza es un verdadero éxito y, según cuenta, la distancia con Bruno “les sirvió para darse cuenta de cuánto se aman y prometerse que nunca más van a estar separados”.
Por eso, luego de que la obra baje de cartel (no antes del 15 de marzo), el pequeño Felipe –que mira por TV los partidos donde participa Lábaque, y exclama “¡gol de papá!” cada vez que Bruno encesta la pelota naranja– y Pamela partirán de inmediato hacia Córdoba, donde estarán unos meses. Después, la vuelta a Buenos Aires y, por ende, la vuelta a la tele con las entrevistas en Fuera de foco, junto a Martín Ciccioli y Pablo Granados. Y hay más, porque en invierno y en la calle Corrientes regresan Danza con Cobos, Artaza, Pamela y sus plumas. “Siempre había querido trabajar con Nito, porque es el Tinelli del teatro”, dice la diosa.
–¿Cómo es eso de ser esposa, mamá y vedette al mismo tiempo?

–¡Hermoso! Durante el verano, tanto Felipe como Bruno estuvieron al tanto de todo lo que hago. Una de las cosas por las que no estaba tan convencida de hacer temporada era todo el conventillo que suele armarse alrededor del teatro de revista; por eso traté de no hacer ni decir nada que pudiera molestarlos.
–¿Sugerís que muchas de esas peleas están armadas para vender más entradas?

–En muchos casos, puede ser … Pero yo pienso igual que Nito: la gente no compra entradas porque dos chicas se insulten en un programa de chimentos. Lo que vende es la obra.
–En temporada también te exponés a otro tipo de rumores. Siendo tan linda y estando sola…

–Quedate tranquilo. Aquí en Mardel mi vida es rutinaria y serena. Me levanto cuando Felipe me despierta, voy un ratito a la playa con él, luego una siesta, teatro a la noche, y regreso a casa. ¡Te lo juro!
–De todos modos, algo debe opinar Bruno cuando te ve en topless en la tapa de alguna revista, como sucedió hace un par de semanas.

–Se lo toma con humor. Ya está resignado, pobre... Lo gracioso es que, cuando juega, la tribuna contraria le dice cosas para desconcentrarlo cuando está por tirar un libre. ¡Hasta le muestran la tapa con mi foto en lolas!
–Imagino que los rivales le deben llenar la cabeza.

–Eso también pasa. Pero cuando termina el partido, el mismo que lo cargaba se acerca, le pide disculpas y le dice: “¡Te felicito por la mujer que tenés, Bruno!”. Por lo general no se zarpan, porque es un tipo muy querido en el básquet, y además saben que tiene pocas pulgas…
–Menos mal que Bruno te tiene esa confianza, porque supongo que te deben llegar invitaciones a diario.

–¿De qué tipo?
–Sos una mujer famosa, con un cuerpo espectacular y una cara perfecta. ¿Nunca recibiste una propuesta indecente?

–Jamás me ofrecieron dinero a cambio de sexo, si es a lo que te referís… ¿Sabés por qué? Porque saben que ése no es mi estilo. Además, si a alguien se le ocurriera, ¡le parto la cara de una trompada! Con mi esposo formé una familia: no somos una parejita que está probando a ver qué pasa.
–¿Conversás todo con Bruno, incluso cuando hacés un desnudo para una revista?

–Todo lo hablamos, porque tenemos muy buena relación. Me encanta hacerme la sexy y la mujer fatal, pero sólo delante de una cámara. En la vida diaria soy una chica normal.
–Tan normal no creo, porque debe costar mantener tus curvas.

–Como soy obsesiva con mi trabajo, siempre me quiero ver bien. Pero, admito, soy bastante vaga para seguir una rutina en un gimnasio. Y aunque trato de comer sano, no me vuelvo loca. Ayer, por ejemplo, fui a un local de comidas rápidas y me devoré una buena hamburguesa.
–Las mujeres que lean esta nota se preguntarán: “¿Y cómo hace para estar así?”.

–Te juro que es genético. En el embarazo subí más de veinte kilos y los pude bajar muy rápido. Creo que uno de los secretos fue amamantar a Felipe durante mucho tiempo. Para el teatro me mato ensayando… Y si a eso le sumás una muy buena relación con tu pareja, tenés el combo perfecto.


Por Sergio Oviedo. Fotos: Diego García.

http://www.gente.com.ar/nota.php?ID=15627

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