Anoche, primero fue Jorge Locomotora Castro y, al momento nomás, Pamela David - Los dos se enojaron con famosos con los que, hasta hace no tanto, conversaban de lo más bien.
Esto es muy triste. Toda una desilusión. Nosotros que pensábamos que ellos eran una gran familia y ahora vemos que no, que ahí, en la cajita feliz, nadie quiere a nadie. Es que si no, no se explica. Sólo la ausencia absoluta de todo amor puede explicar lo que vimos anoche: dos agresiones en menos de treinta minutos. Incluso cambiando de programa. Porque el primer tiro de dardo lo vimos en ShowMatch (¡claro que vemos ShowMatch!), cuando estaban jugando al básquet. A propósito, qué buena idea eso de embocar al aro y de llevarse un auto. Como Nico con el corchito, pero con una súper vuelta de tuerca (?). Y aquí, además, el propio conductor también compite; en su caso, defendiendo los intereses del programa. Si gana él, el auto queda en casa.
Jorge Locomotora Castro estuvo entre los que se acercaron anoche a probar puntería y fue él, cuando apenas llegó, el que tiró la primera piedra. El blanco preciso de sus palabras nunca fue del todo definido, pero como nuestra perspicacia no tiene límite, supimos enseguida de quién estaba hablando. De Susana, hablaba de Susana, estamos segurísimos. Piensen que Locomotora Castro le dijo a Marcelo que sí iba a su programa pero no más al otro, al de su competencia, porque en ese otro le había prometido cosas que después nunca le dieron. Ooooh, dijo Marcelo. ¿Competencia, decís?, ¿conductora rubia? Y el otro respondió que sí, efectivamente, conductora rubia. Y si a esto le sumamos que Castro estuvo en lo de Susana –cuando todavía su recuperación necesitaba del traslado en silla de ruedas- entonces ya es un número puesto: se enojó con la diva y se despachó a gusto en lo de Tinelli. Por lo que sabemos, Susana no contestó. Y lo bien que hizo, porque estaba conduciendo su propio programa y cualquier respuesta así, de la nada, hubiera quedado de lo más descolgado. Bah, aunque con el programa de Su nunca se sabe. A lo mejor quedaba a tono de lo más bien.
Vamos al segundo dardo de la noche, que éste fue dardo en serio. Con punta afilada y todo. Ocurrió en el programa de Nico y lo protagonizó Pamela David, cuya prenda en cuestión consistía en lanzar dardos apuntando hacia unos globos. Inflados, claro. Y los tenía que poder hacer explotar. Los globos, por esa magia de la televisión y por esa creatividad de sus productores, hacían a la vez de pechos. Unos paneles y unas fotos pegadas hicieron que los globos fueran los pechos de Silvina Luna, Luciana Salazar y Nazarena Vélez. Y nuestra invitada, así pura dulzura que parece, se metió entre ceja y ceja a la pobre de Sil. La quería dejar a cero. Tan envalentonada estaba que, pasada su oportunidad, le pidió por favor al participante que venía luego que apuntara a los globos que le correspondían a Silvina, cosa de terminar la tarea por ella. Al otro le fue muy bien y Sil quedó sin pecho alguno. Así y todo, Pamela no encontró paz y le pidió al mismo participante que le apuntara entonces a los ojos. Una cosa espantosa, no digan. Con aires de magia negra y todo. Horrible. Además, ¿ellas no consiguieron juntas aquel trabajo en la peluquería del Sr. Mateo? ¿No hicieron buenas migas en aquel entonces? ¿Qué fue de todo aquello? Lo dicho: toda una desilusión. Y nosotros que pensábamos que todos eran tan pero tan amigos...
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